domingo, 1 de noviembre de 2009

Series que enganchan: True Blood.





En estos días de poco tiempo, se me dio por curiosear en una serie de la que me habían hablado bastante bien. Había vampiros de por medio, personajes atractivos si los hay desde el mismísimo Conde Drácula, y apenas llevaba dos temporadas de 13 capítulos cada una asique me pareció acertado darle una oportundidad. Vaya sorpresa porque si hay una serie loca, osada y realmente entreverada es esta.

Basada en las novelas de Charlaine Harris, esta serie nos cuenta la vida de un pequeño pueblo de Louisiana, Bon Temps, cuyos habitantes son tan variados como pintorescos. Ubicada en la época actual parece que los japoneses que todo lo pueden científicamente, han desarrollado una sangre artificial que logra darle a los vampiros la libertad de poder salir al mundo y convivir con los humanos. Anna Paquin interpreta a Sookie, una mesera que tiene la habilidad de poder leer los pensamientos de la gente y que es tan insufrible como metida. Obviamente al mejor estilo Twilight conoce a un vampiro muy atractivo, Bill, interpretado por un actor para mi desconocido llamado Stephen Moyer. Bill es un ser solitario que aun tiene rastros de humanidad y sentimientos dentro y que no encuentra un lugar ni con los humanos ni con los vampiros que viven como en nidos y subordinados a sheriffs zonales.




La primera temporada incluye la presentación de cada uno de los personajes y la intriga de un asesino en serie que se dedica a matar chicas que han estado de alguna manera relacionada con vampiros; aquí entonces veremos a Sookie ser una de las posibles víctimas.

La segunda temporada es más loca aún pues incluye sectas y zombies condimentadas con personajes de la mitología griega.

Con todo estos ingredientes que parecen sacados de una noche de puro alcohol y estupefacientes, ¿porqué engancha la serie? porque puedo asegurarles que desde que ví el primer capítulo, así como me pasaba con LOST (salvando las diferencias pues no se le equipara todavía) no pude despegarme fácilmente de la pantalla. Creo que es porque está muy bien llevada no sólo desde la estética, tiene muy buena fotografía y dirección artística, sino porque además es bastante impactante visualmente para lo que suelen ser las series en sí. Sabe venderse, tiene de todo: acción, romance, terror- hay escenas que realmente dejan pasmado al espectador inocente y desprevenido, sexo, ritmo, excelentísima banda de sonido. Es increíble lo bien elegido el tema de apertura: "Bad Things" de Jace Everett, y el tema central de Sookie y Bill es simplemente hermoso.

La pintura de la sociedad sureña de EEUU es magnífica.En la relación vampiros-humanos y en esos tejes y manejes políticos que se dan entre ambas comunidades o los comentarios de unos con respecto a los otros, son digno material para el debate pizzero-cervecero. A la serie no le falta el toque novelesco que a nosotras tanto nos gusta. La segunda temporada abre el abanico de un posible triángulo amoroso; mejor estaría decir ¿cuadrángulo? pues en realidad son tres los desesperados por la inquieta Sookie.




Serie recomendable para los que gusten de la temática vampírica o sobrenatural en sí, los que gusten de impactarse tanto como divertirse. Hay personajes, como el detective del pueblo o Jason, el hermano cabeza hueca de Sookie que aportan los momentos claves de distensión. Muy buenas líneas de diálogo y escenas que quedan para la historia de la TV.

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