miércoles, 12 de octubre de 2011

Crítica de "Melancholia" en el Festival de Sitges.


Ayer fue el día de Lars Von Trier en Sitges. Una vez más, no se yo muy bien como encaja la película, porque aunque me hayan querido vender que es (literalmente) “una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos”, yo no lo metería precisamente en ese genero al igual que “Antichrist” (con cuya reseña inauguré este blog) no era una película sobre como llevar una vida en pareja en el bosque con una berbiquí y una piedra de afilar.
Yo me desmarco de calificarla en otra cosa que no sea el genero propio de “una de Lars Von Trier” que es ya de por si un genero propio y que no esta tan lejos de lo que es decir “una de Malick”, géneros que por cierto en el caso de la ultima película de ambos, no están tan lejanos. Si nos vamos a poner en plan ciencia ficción podría decir que “Melancholia” es el reverso tenebroso de “El árbol de la vida” dentro del cine de “rollo existencial”.
Lo que Malick nos proponía visualmente en su segunda parte de la película, Lars Von Trier nos lo presenta a modo de prologo. Mientras suena “Tristan e Isolda” de Wagner, vemos imágenes cósmicas de un planeta chocar contra la tierra causando el fin de toda vida. Dentro de ese bellísimo en lo visual prologo, tenemos imágenes casi estáticas pero con un movimiento ultralento de varias personas, pero principalmente de Justine (Kirsten Dunst). Imágenes de una belleza brutal, con rangos de luz muy característicos y que unidos a la destrucción que causa el impacto nos dejan desde el minuto uno, clara la idea de que aquí no va a quedar ni el tato en pie. El prologo y la música ya deja muy claras las cosas. Al igual que Isolda prefería que muriera todo el mundo ahogado, ella incluida, antes de llegar a donde debía casarse con su marido designado, Justine ve en el Apocalipsis y el fin de toda vida, la salida justa para su propia y miserable (aunque no sabemos porqué) existencia.
Con esta premisa inicial comenzamos la película divida esta vez, como le gusta hacer a Von Trier, en 2 actos diferenciados. Una primera parte dedicada a Justine (Kristen Dunst) y que precede a que se sepa que el planeta Melancholia se acerca a la tierra y una segunda parte dedicada a su hermana Claire (Charlotte Gainsbourg) en los 5 días previos al fin del mundo. Ambas partes duran aproximadamente una hora cada una y dividen totalmente la película. En la primera parte “Melancholia” es apenas un punto rojo en el firmamento y no se sabe aun lo que le espera a la tierra. Pero Justine vive su propio Apocalipsis en forma de boda con Michael (Alexander Skarsgård).
Los recién casados se dirigen felices a la celebración del banquete a un castillito hecho hotel muy exclusivo, propiedad de John (Kiefer Sutherland) que es el marido de Claire, y por tanto el muy rico cuñado de Justine. Allí el comportamiento de Justine empieza a ser errático y tiene como punto de partida de su ida de olla, la salida de tono que tienen sus divorciados padres durante la cena. Su padre (John Hurt) parece un despreocupado de la vida, mientras que su madre (Charlotte Rampling) esta en contra de todo convencionalismo, del significado de la boda y de los paripés sociales. No cuento nada mas de esta parte, todo merece ser descubierto por vosotros como espectadores sin nada mas que esta presentación escasa.
La segunda parte tiene lugar tiempo después. No sabemos cuanto, pero Melancholia es ya visible a un tamaño muy considerable en el cielo. En 5 días pasara cerca de la tierra según los científicos o impactará según los agoreros. Nosotros sabemos que impacta desde el primer minuto, así que no saltamos la parte de la incertidumbre. Esos días los pasa Justine de vuelta en el castillo con Claire, su cuñado John y su sobrino. John aparte de rico es experto en astronomía y es de los que están convencidos de que el planta pasara cerca de la tierra y que será un espectáculo único. Aquí vemos como según los planetas se acercan, la lejanía de ambas hermanas también se estrecha mientras ambas comparten por un lado los temores de Claire, con la brutal concepción de la realidad y de la vida por parte de Justine.
Tampoco os cuento más de esa parte, que cada cual se enfrente a la película sin demasiadas expectativas. Solo diré que sin decir porque o porque no, las concepciones de Justine sobre la existencia, son la parte negativa de la oportunidad de reflexión que sobre ello proponía Malick…  Si de “El árbol de la vida” podemos quedarnos con la parte de “Como nada tiene ninguna importancia y no somos nada, es absurdo agobiarse con ello y es mas absurdo aun, no hacer todo lo posible por ser felices”, la visión de Von Trier a través de Justine es, como nada importa nada y somos además una puta mierda despreciable, pues tampoco pasa nada porque termine toda vida en la tierra, y de paso, toda vida en el universo.
Poco más que decir hasta que la veáis y comentéis. A mi me ha gustado mucho, pero un punto por debajo de lo que me gustó “Antichrist”. Aunque esta también me ha dejado un poso y es algo que aprecio mucho que hagan las películas hoy en día, que me sorprenda a mi mismo pensando en ellas horas o días después de verlas, estando tan acostumbrados como estamos a las películas olvidables a los 5 minutos. Visualmente, al igual que “El Árbol de la Vida” es impresionante e impactante, pero es un elemento más de la película.
Kristen Dunst esta soberbia y esto es mucho decir porque es una actriz a la que odio profundamente y que no me gusta pero absolutamente nada. Siempre me ha parecido que tiene la expresividad de un mejillón y que no sabia quitar esa cara entre de asco y borracha violenta que siempre llevaba en la cara. Esta vez se sobrepone a si misma y me la creo totalmente como Justine. El resto todo el mundo estupendo, no voy a señalar de más a unos o otros. Me ha gustado mucho como todo el mundo está en la película. No me sobra nadie, ni me desentona nadie de una manera negativa respecto al resto. Muy buena película, no se yo si como para estar en Sitges, pero muy buena nueva película del extraño Lars Von Trier. A veces quizás hay que tener en cuenta que es un “sobrao” y un creído, sencillamente porque puede.




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